Entrevista con Antón Gandarias

Entrevista con Antón Gandarias

Entrevista a Antón Gandarias, sobrino de Ángel Lekuona  – Fuente:

Ángel Lekuona nació en Busturia, en el caserío Apres, el 1 de Marzo de 1913. Era el hermano
mayor de once herman@s.
Con aproximadamente quince años marchó a la mar a trabajar y regresó para hacer el servicio militar en el Ferrol.
Con el comienzo de la Guerra Civil decidió huir a Barcelona junto a varios amigos de Busturia con vistas a poder pasar desde allí a Francia. En 1940 cruzó a Francia por Portbou donde trabajó en la construcción del carbón, además de realizar algunos trabajos clandestinos para poder vivir con mayor comodidad.
La familia de Ángel Lekuona tuvo poco contacto con él ya que marchó joven del seno familiar y pronto tuvo que huir a Francia. Mientras estaba en Francia escribió alguna carta para dar cuenta de su buen estado e incluso envió alguna foto junto a algunos amigos.

En 1943, cuando estaba en Francia, fue detenido por la Gestapo y enviado al Fort du Hâ en Burdeos y de allí al campo de tránsito de Compiègne, situado al norte de París. El 19 de enero de 1944, junto a otros dos mil presos, fue trasladado al campo de concentración alemán de Buchenwald y un mes más tarde, el 23 de Febrero, a Flossenbürg. Allí fue catalogado como preso político con el número de preso 6516.
Fue fusilado en la carretera el 10 de abril de 1945 por las SS junto a numerosos presos más.
La familia de Ángel Lekuona tuvo conocimiento del itinerario y el fallecimiento de éste gracias a la carta escrita el 16 de Julio de 1945 por Gregorio Uranga, compañero preso de Ángel Lekuona. Así supieron que Ángel Lekuona falleció el 10 de abril de 1945, pocos días antes de que las tropas aliadas liberaran el campo de concentración en el que se encontraba.
Cuando Antón Gandarias tuvo conocimiento de la carta que su madre aún guardaba comenzó a recuperar la historia de su tío trazando infinitos senderos para reconstruirla.
En el 60 aniversario de la liberación de los campos de concentración Antón Gandarias y su hermano elaboraron un informe sobre la historia de su tío y lo presentaron en el ayuntamiento de Busturia. En el municipio muy pocas personas conocían la vida de Ángel Lekuona “Este desconocimiento puede estar relacionado con el deseo de apariencia de antaño o con la incidencia que tuvo el franquismo”. Anualmente, el primer domingo de agosto, el ayuntamiento de Busturia celebra un acto conmemorativo en el que se recuerda a Ángel Lekuona junto a otros siete vecinos del municipio que fueron fusilados en agosto de 1937.
Actualmente, en el memorial del campo de concentración de Flossenbürg puede verse una placa en la que se cuenta la historia de Ángel Lekuona, como acto conmemorativo de la biografía de un preso español.”Yo estoy contento porque así mi tío tendrá un reconocimiento y si alguien va allí podrá ver que hay una biografía de Ágel Lekuona (…) Así la gente sabrá que un hijo de Busturia murió en Alemania. Simplemente eso. Para que la gente sepa lo que ocurrió”. Anton Gandarias acudió a la presentación de la exposición permanente de Flossenbürg como representante del ayuntamiento de Busturia.

En opinión de Antón pocas personas conocen la existencia de vascos y vascas en campos de concentración. “Porque no se ha contado. Porque quienes debían contarlo no lo han contado. La gente debe saber lo que ocurrió. La historia debe contarse pero contarse tal y como ocurrió. Pero ¿quién cuenta la historia? Los vencedores… y estos la adaptan a sus anchas… Los historiadores, aunque resulte difícil, deben contar la historia de manera objetiva. Al menos ofrecer las dos caras”.

“Sí, las instituciones debieran hacer algo. Quizá para las instituciones de aquí es la historia de Alemania y no de Euskal Herria. Pero en torno a doscientos vascos y vascas estuvieron en campos de concentración alemanes. Algunos regresaron y otros no. Otros, debieron quedarse en Francia por la dictadura franquista del momento”.

Antón Gandarias agradece la ayuda prestada por el ayuntamiento de Busturia así como la de su esposa. Fue ésta quien le animó a hacer pública la historia de su tío “Si hubiera sido por mí no hubiera contado nada y hubiera quedado como algo personal. Como una afición mía. Amaia me animó a que me acercara a algún medio de comunicación. Tenía razón… Ahora sí que lo cuento pero al principio era una cosa interna. ¿Por qué no lo voy a contar? La gente debe saberlo. No me arrepiento”.

 

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